“Dame aquí en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista” esas fueron las palabras de Salomé, pero la sangrienta petición tiene una historia detrás.
Herodías, madre de la joven, conoció al Rey Herodes durante su viaje a Roma. Ella había estado casada con su hermano Filipo y pese a la prohibición, se casó con el monarca. Al enterarse, Juan el Bautista, desaprobó esta unión, calificándola como incestuosa públicamente.
Desde entonces, el alma de Herodías comenzó a llenarse de odio contra él. Persuadiendo al Rey, logró que lo encarcelaran. Sin embargo, Herodes no accedió a asesinarlo porque los rumores del pueblo aseguraban que se trataba de un profeta.
Fue tiempo después, en el cumpleaños de Herodes, cuando Salomé −su sobrina− accedió a bailar frente al Rey y todos los invitados al festín, entre los que había militares, jerarcas y magnates.
Herodes, embriagado por los encantos de Salomé y los efectos propios del vino, le dijo que le daría cualquier cosa que le pidiera. Fue entonces cuando Herodías, su madre −quien repudiaba hondamente a Juan el Bautista desde la condena a su matrimonio− le aconsejó que pidiera su cabeza.
Pese a estar entristecido por comprometerse de tal manera, Herodes cumplió su palabra y mandó a decapitar a Juan. Su cabeza fue entregada en un plato a Salomé, quien estúpidamente, se la procuró a su madre.
Este episodio evangélico narrado por los apóstoles Marcos y Mateo, en el Nuevo Testamento de la Biblia, ha inspirado a decenas de artistas a lo largo de los años. A continuación te presentamos algunas de las más emblemáticas:
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“La degollación del Bautista y el banquete de Herodes” (1630) Bartholomäus Strobel
Esta obra, expuesta en el Museo del Prado, es de las más complejas que existen del episodio bíblico. En la esquina inferior derecha, vemos la sangre de Juan correr, mientras que casi en el centro, su cabeza está expuesta a la vista de todos los presentes.
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“Salomé con la cabeza del bautista” (1510) Sebastiano del Piombo
¿Qué está pensando Salomé?, ¿en realidad es victimaria o es una víctima del odio de su madre?
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“Salomé bailando ante Herodes” (1976 ) Moreau Gustave
La pieza de este precursor del simbolismo francés representa el momento en que Salomé embelese al monarca. Su enigmática postura manifiesta una situación de poder. Detrás, Herodes hipnotizado. Esta obra se expone en el Museo Hammer, Los Ángeles, Estados Unidos.
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“Salomé con la cabeza de Juan el Bautista” (1520) Andrea Solario
La sangre escurre bajo su cabeza que es sujetada por una mano indolente. Salomé, llena de joyas, mira con algo de lástima. Con la maestría característica del Alto Renacimiento, Andrea Solario retrata este mórbido momento.
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Salomé (1515) Tiziano
La cabeza del bautista reposa sobre las manos de Salomé. Un pequeño ángel se asoma en la parte superior derecha. Esta no es la única vez que el pintor veneciano retrata este episodio bíblico.
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“Salomé presenta la cabeza de Juan Bautista” (1524) Jacob Cornelisz
Esta obra del holandés Jacob Cornelisz, muestra el rostro sufriente de la víctima ya sin vida. Los elementos renacentistas saltan a la vista en este retratista.
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Salomé (1531) Lucas Cranach
Este artista alemán nacido en 1472 muestra una Salomé sonriente, aparentemente satisfecha. Mientras tanto, Juan mira dolorosamente al espectador.
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“Salomé con la cabeza de Juan el Bautista” (1520) Bernardino Luini
Susurrando tras el oído de Salomé está su madre. Consternado, el guardia mira la cabeza de Juan, como sabiendo que se trata de una injusticia.
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Los claroscuros de Caravaggio siempre dan un toque excepcional a sus obras. Con los ojos cerrados, yace la cabeza de Juan, mientras Salomé tiene la mirada perdida.
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“Salomé” (1918) Beltran Masses
Beltran Masses, pintor español, nos muestra a una Salomé al descubierto. Insinúa su falta de pudor y una maldad interna con la que mira, indiferente, hacia un lado.
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Salomé (1907) Éder Gyula
Este pintor nacido en Budapest, también muestra a una Salomé malvada o cuando menos indolente. Sostiene con un rostro siniestro la cabeza de su víctima.
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La venganza de una mujer no sólo inspiró al mundo de la pintura. La música, el cine y la literatura también retomaron esta enigmática figura femenina, como breve muestra un fragmento de “Canción de otoño” en primavera de Rubén Darío.
“Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé…”
Cortesía: Cultura Colectiva/Carolina Romero